Corregidor de la Provincia de Guipúzcoa

Delegado de la Corona (letrado nombrado entre los oidores de la Chancillería de Valladolid) era, en su calidad de representante del rey, el guardián de las prerrogativas reales. Asistía a las reuniones de las principales instituciones; el propio fuero le atribuía un papel determinante: validar con su presencia las decisiones adoptadas. Tenía también facultades jurisdiccionales, como las de un tribunal de apelación civil y criminal En diferentes disposiciones y cédulas se consigna que la provincia "a pedimento de ella y mientras fuere su voluntad y no de otra manera tien un Corregidor, y juez universal con jurisdicción civil y criminal alta y baja, mero y mixto imperio, provehido por la Persona Real"; pero desde 1480 su cargo fue permanente y duraba tres años en la misma persona En 1836 fueron sustituidos por jefes políticos. Entre 1839 y 1841 se recuperó fugazmente su figura, pero con algún cambio: se llamaba "Corregidor político", había perdido la función judicial. Vease también: Jefe superior político de la provincia; Gobernador Civil Fuente: Rubio Pobes, Coro. "Fueros y constitución: la lucha por el control del poder, País Vasco, 1808-1868. Bilbao: U.P.V.-E.H.U., 1997 Echegaray, Carmelo de. "Compendio de las Instituciones Forales de Guipuzcoa". Ed. facsímil de la de San Sebastian 1924. San Sebastián: Diputación Foral de Guipuzcoa, 1984.